(...) el Presidente (Zapatero) recibió hace un par de semanas a un grupo de músicos en representación de los diversos sectores profesionales de la música española a los que parece haber declarado: "No os preocupeis que de lo que pasa en la música clásica estoy informado por los Halffter, que me llaman a menudo".
És en ocasions com aquesta que recupero les creences (si el "parece", sempre sospitós en una noticia, desapareix): ¡Mare de Déu!
A Mundo Clásico hi trobareu tots els motius de la meva temporal conversió, però n'hi ha prou amb aquests paràgrafs:
"(...) Fue en este concierto lisboeta en donde Cristóbal Halffter conoció a la soprano Sonsoles Espinosa, una leonesa que cantaba en el coro y resultó ser admiradora suya y esposa de un diputado del PSOE llamado José Luis Rodríguez Zapatero. Por aquel entonces Cristóbal Halffter era un fervoroso partidario público del presidente José María Aznar y disfrutaba del mecenazgo de la entidad financiera Caja Duero para componer Don Quijote, sobre libreto de Andrés Amorós, Director General del INAEM. Las fidelidades del ilustre académico cambiaron desde que el PSOE ganó las elecciones. Cristóbal Halffter recuperó la amistad con la soprano y recibió en su palacio de Villafranca del Bierzo a Sonsoles Espinosa y a su marido, a la sazón firme candidato a la presidencia de Gobierno.
Poco después de las elecciones, nos enteramos por boca del propio Cristóbal Halffter de como había sido marginado por José María Aznar y el gobierno del PP. Y cuando, unas semanas más tarde, se publicó la grabación de Don Quijote -financiada por el gobierno del PP- dirigida por Pedro Halffter, el disco fue presentado en la Casa de América por los dos Halffter, padre e hijo, amadrinados al alimón por Carmen Calvo, la Ministra de Cultura, y Sonsoles Espinosa, la "Señora Presidenta" según la denomina Cristóbal Halffter, quien justificó su presencia diciendo que "en aquel coro universitario que presentó tres partes de El Quijote en la Expo de Lisboa en 1998 estaba Sonsoles Espinosa, así que hoy está aquí como parte activa", sin explicar en que consiste dicha "parte activa".
Entre las ausencias clamorosas estaban el libretista de la ópera y los mecenas de Caja Duero. No habían sido invitados. Las fidelidades de los Halffter, recordémoslo, habían cambiado. Por eso, Cristóbal Halffter, tras declararse el guardián del espíritu de Don Quijote, se lamentó amargamente de que ningún miembro del gobierno de José María Aznar hubiese acudido al estreno de una obra suya en el pasado Festival de Salzburgo y concluyó diciendo: "Espero que en el futuro, la cultura y la música tengan en este país el lugar que les corresponde". Al parecer, Cristóbal Halffter está tan satisfecho con el gobierno socialista como lo estaba en 1964 con el de Francisco Franco, cuando fue designado Consejero Nacional de Educación. De hecho, según se lee en la prensa madrileña, Halffter ha declarado recientemente: "El Presidente me concede todo lo que le pido". Por su parte, el Presidente recibió hace un par de semanas a un grupo de músicos en representación de los diversos sectores profesionales de la música española a los que parece haber declarado: "No os preocupeis que de lo que pasa en la música clásica estoy informado por los Halffter, que me llaman a menudo".