Vaig atribuir a l'entorn simbòlic del Nadal la impossibilitat de poder llegir en català una crítica a la nova Llei de Comunicació Audiovisual; anava errat: l'entorn simbòlic responsable del silenci és un altre, el mateix que obliga a posar en castellà el dit a l'ull d'aquesta Llei, via , poso per cas, Periodistas 21:
I aquí, l'"entorn simbòlic" aplicat a la música clàssica. L'autor té raó en una cosa: li "cal un bon raig de bufetades."Esta ley se fundamenta en el derecho de los ciudadanos de Cataluña a disponer de un sistema audiovisual que refleje su realidad inmediata a partir de formas expresivas vinculadas a su abanico de tradiciones, a su entorno simbólico". Cuando el preámbulo de una ley comienza acotando la orientación de los contenidos es difícil pensar que la obligación de veracidad de la información será neutral.
La sospecha sobre la nueva Ley de la Comunicación Audiovisual catalana es demasiado grande pese a las garantías del presidente del Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC), Josep María Carbonell.
El artículo 7 de la norma obliga a los medios audiovisuales a difundir información veraz, "la que se fundamenta en hechos que pueden someterse a una comprobación diligente, profesional y fidedigna".
Pero la veracidad es independiente de las tradiciones y el entorno simbólico. ¿Hasta dónde llega el entorno simbólico? ¿Qué pasa cuando lo veraz está en contradicción con lo simbólico?
Cuando los hechos se mezclan con la tradición y los símbolos la realidad deja de ser objetiva para convertirse en cultural y política. Someter a los medios a esa obligación es cercernar el derecho de los ciudadanos a la información, a la libertad de expresión y a la crítica.
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La pelea de gran parte de la opinión pública, los políticos y la prensa catalana contra medios como la Cope oculta y hace imposible una mirada con más altura y de mayor trascendencia, porque los desatinos de unos no pueden maniatar a todos.